La cultura de la Rep. Dominicana en lo que se refiere a su pueblo y costumbres se alimenta de la mezcla de raíces españolas, africanas y tainas. La R. Dominicana fue la primera colonia de España en el Nuevo Planeta. Ciertas enfermedades traídas por los colonizadores españoles que eran ignotas para los habitantes nativos prácticamente suprimieron a la mayor parte de los indígenas Taino de la isla; con lo que los colonizadores a importar cantidades muy grandes de esclavos africanos para sustituir a los nativos. Después de la liberación haitiana de toda la isla, la esclavitud fue derogada y negros libres (y aquellos con mezcla de razas) se esparcieron por toda las islas.
No obstante, existen diferencias de clase y educación que apartan los distintos conjuntos. La elite privilegiada con alto poder adquisitivo son primordialmente descendientes de españoles, (otros incluyen italianos y franceses) y en menor proporción, descendientes de africanos, al tiempo que la mayor parte de la clase baja son mulatos primordialmente de ascendencia africana y la tribu robert puro negros. La cultura metropolitana libre a la clase alta y la clase media alicaída (a raíz de recientes turbulencias económicas) es equiparable con la vida equiparable a la de los habitantes de las urbes desarrolladas de Europa y los E.U.
El merengue es un estilo de música y de baile producido en la Rep. Dominicana a fines del siglo XIX. En sus orígenes, el merengue era interpretado con guitarras. Más tarde las guitarras fueron reemplazadas por el acordeón que así como la güira y la tambora, forman la estructura instrumental del conjunto de merengue habitual. Este conjunto, sintetiza las 3 etnias que conformaron la idiosincrasia de la cultura dominicana. La repercusión europea viene a estar representada por el acordeón, la africana por la tambora (tambor de 2 parches), y la taína o bien indígena por la güira.
El salve es un género de canto de llamada-contestación que utiliza güira, panderos y atabales. Los cantos salves son rituales y se emplean en peregrinaciones y festividades dedicadas a los beatos.
El palo es música afrodominicana que emplea tambores largos (palos), idiófonos y canto. Con raíces en la zona Congo de África central, esta música comparte el panteón de deidades de otras tradiciones afroamericanas como Cuba, Brasil y Haití, por poner un ejemplo.
El proceso de capacitación de la cultura dominicana, que puede situarse desde el siglo XVII, responde puesto que a la necesidad del criollo de amoldarse al habitat donde vive y es el resultado de un largo y prolongado mecanismo de transculturacion que se empieza sobre todo desde la cultura de España, como es lógico predominante, a la que entonces se mezclaran ingredientes provenientes de la indígena y la africana.
Todas y cada una de las sociedades tienen una cultura propia, que es consecuencia de la capacidad autora de sus miembros, las circunstancias, la necesidad y su historia. La R. Dominicana tiene una cultura con una rica diversidad que no nos deja de identificar.
La cultura está en incesante cambio, estos se amontonan para el aprovechamiento de sus pueblos. Estas transformaciones se marchan transmitiendo de generación en generación, es precisamente por esto que la cultura sea original o bien no, no se pierde.
"La cultura da al hombre la capacidad de meditar sobre sí mismo. Es la que hace de nosotros seres particularmente humanos, racionales, críticos y moralmente comprometidos. A través de ella distinguimos los valores y realizamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí, se reconoce como un proyecto inconcluso, pone en cuestión sus realizaciones, busca infatigablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden".
La cultura dominicana se fundamenta, esencialmente, en la conformación de 2 etnias madres: la de España y la africana. Tiene poco de indígena o bien nada, pues en menos de cincuenta años los indios habitantes de la isla de Santurrón Domingo en mil cuatrocientos noventa y dos, data en que Don Cristóbal Colón pisó estas tierras, fueron derogados por los trabajos forzados.
La cultura dominicana existe. Y no por el hecho de que sí. Existe a la fuerza de una historia de quinientos años formada en los sudores brillantes de los esclavos, la llegada del europeo a estas tierras y una mezcla inteligente del fajo de costumbres y etnias en convivencia a lo largo de 5 siglos.
El merengue dominicano es un cadencioso y alegre que ha conseguido extender su brazo fuera de las frontreras nacionales y aposentarse en los salones de bailes de todo el planeta. En sus máximos exponentes contamos con las figuras de Joseito Mateo y Luis Alberti, o bien los contemporáneos Johnny Ventura, Juan Luis Guerra, Wilfrido Vargas, Fernando Villalona y Sergio Vargas, que han exportado nuestra música con enorme éxito a playas extranjeras.
0 comentarios:
Publicar un comentario